LOIS BLUE

NACIÓ EN LOS ALBORES DEL SIGLO PASADO Y ABRIÓ CAMINO COMO CANTORA DE JAZZ EN UN CONTEXTO ADVERSO. CON UN FRASEO ÚNICO, DESAFIÓ MANDATOS, DERRIBÓ MITOS Y TRANSFORMÓ LA ESCENA MUSICAL LATINOAMERICANA PARA SIEMPRE.

El 23 de agosto de 1912, en un hogar porteño en el que se respiraba arte (mamá poetisa, papá pintor), llegó al mundo Lucía Claudia Augusta Bolognini Míguez. Criada por estetas, se dejó encantar por la música y se imaginó cantora. No de cualquier estilo. Cantora de jazz.

Los años 30, y los mandatos que obligaban a las mujeres a quedarse en casa, intentaron detenerla. Pero Lucía se convirtió en Lois Blue y comenzó a ir a la radio como lady crooner de la orquesta de Héctor Lomuto.

Lois abrió camino, con valor y con un estilo de interpretación único que le valieron el apodo de “primera dama del jazz argentino”. Cantó con las mejores orquestas de los años 30 a los 60, Dixi Pals, Santa Paula Serenaders, Roger Santander, Lomuto, pero también se lució junto a conjuntos pequeños. Muestra de ello es el disco que publicó Redondel en 1972, donde la acompañan el saxofonista Jorge Anders, el pianista Santiago Giacobbe, el bajista Jorge González y el baterista Néstor Astarita. En 2018, Lito Nebbia reeditó este disco en el volumen titulado Tanta hormona irrepetible, que incluye temas de una grabación inédita realizada en Tonos y toneles, un espacio cultural emblemático de Córdoba, donde Lois canta y toca el piano.

Tito Acevedo, dueño de Tonos y toneles, recuerda: “Lois decía ‘todo lo que ustedes escuchan por radio y dicen que es jazz no es jazz. Esas son canciones. Para que se produzca el hecho jazzero tiene que haber improvisación. Si no, no es jazz’. Y realmente ella era una maestra en eso. Scateaba como nadie”.

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